El bloqueo de Roblox en Rusia bajo el pretexto de «propaganda LGBT» es mucho más que un simple conflicto legal: es una peligrosa maniobra de censura basada en la ambigüedad, lo que debería encender todas las alarmas en la comunidad gamer sobre la libertad digital.
El primer punto controvertido reside en el arma legal utilizada: la ley de 2013 que prohíbe la difusión de información contraria a los «valores familiares tradicionales» . Al no estar claramente definidos, estos valores se convierten en un pretexto político para la discriminación cultural. Lo que se critica es precisamente que esta «defensa de valores» no busca proteger a los niños con reglas concretas, sino imponer una ideología a través del bloqueo masivo, permitiendo al regulador Roskomnadzor bloquear la plataforma a total discreción sin necesidad de pruebas específicas.
Finalmente, si bien otros países como Turquía e Irak también han bloqueado Roblox , la gran diferencia es el motivo: esos países se enfocan en problemas de seguridad infantil (grooming ). La motivación rusa, en cambio, es puramente ideológica, demostrando una escalada de la guerra cultural que instrumentaliza la ley para eliminar contenidos que simplemente promueven la diversidad y la inclusión. Esto establece un precedente peligroso que amenaza la creatividad y la libre expresión en todos los videojuegos que dependen de la creación de contenido por parte del usuario.

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