Además de la experimentación tradicional frente al joystick, los speedrunners modernos están incorporando tecnologías para automatizar la búsqueda de glitches, investigando vulnerabilidades, buscando y explotando desbordamientos de búfer y fallos en la gestión de la memoria para ejecutar código no previsto. Logrando saltarse grandes secciones del juego, alterar variables clave o incluso hacer que el juego se transporte a otra área de forma incorrecta, conocido como wrong-warping, una de las técnicas más potentes y difíciles de dominar.

No se trata solo de jugar rápido, sino de entender profundamente las reglas internas de un juego para romperlas de manera controlada. El speedrunning se ha convertido en una disciplina que combina la habilidad de juego, el conocimiento técnico y la colaboración en comunidades como Speedrun.com para encontrar nuevas formas de retar y superar los desafíos de los videojuegos.
Muchos gamers disfrutan de hackear el sistema y explotar vulnerabilidades, haciendo que el “hacer trampa” sea todo un arte complejo que sea la peor pesadilla de los desarrolladores de videojuegos.

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